Fernando Botanz y su encuentro con Menchu Gal: un homenaje a la pintura vasca

Fernando Botanz, colaborador habitual de Anaikide Bilbao, es un creador polifacético: licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, apasionado de la pintura, la escultura y la arquitectura, coleccionista de vestidos, accesorios y objetos, y promotor y fundador del desfile de época Bilbao 1900. Además, Botanz es un artista consumado con grandes habilidades al piano, canto y baile, y de profesión director de corales. Su mirada artística y sensibilidad cultural se reflejan en cada proyecto que emprende. En 2023, Fernando fue entrevistado por Anaikide Bilbao, y os recomendamos encarecidamente que veáis esa conversación.

En esta ocasión, Fernando comparte con nosotros un recuerdo muy especial: su encuentro y admiración por la pintora vasca Menchu Gal, una figura imprescindible de la historia del arte español. 

 
Fundación Menchu Gal

Por Fernando Botanz | Bilbao, 26/10/2025.

Hace unos años, un joven equipo de Anaikide Televisión, con apenas 18 años, se acercó a mí con ilusión y curiosidad cultural. Me pidieron que recordara a artistas, pintores, músicos, poetas y escritores que he conocido a lo largo de mi vida y que hiciera un pequeño retrato de cada uno. Con entusiasmo acepté, y hoy quiero comenzar con Menchu Gal, pintora nacida en Irún en 1919 y fallecida en San Sebastián en 2008.

Menchu Gal pertenece a la llamada Escuela de Madrid, un grupo de artistas jóvenes que, alrededor de 1950, salían a pintar al aire libre y compartían inquietudes y amistad. Junto a pintores de la talla de Benjamín Palencia, Daniel Vázquez Díaz y Rafael Zabaleta, Menchu Gal dejó una huella indeleble en la historia de la pintura española.

Recuerdo que, con unos 16 o 17 años, leí por primera vez una entrevista suya en el Diario Vasco. Me impresionó la valentía de esta mujer que, muy joven, se trasladó a Madrid enfrentando dificultades económicas, el frío y el hambre de la posguerra, con un único objetivo: ser pintora. Su talento y personalidad fueron forjando su camino hasta consolidarse como una artista reconocida.

Años después, la vida me brindó la oportunidad de saludarla en San Sebastián. Fue un encuentro encantador: una mujer elegante, con estilo y presencia imponente, cabello rubio y ondulado, mirada brillante y personalidad arrolladora. Me invitó a visitarla en Madrid, y aquel gesto me quedó grabado para siempre.

En 2006, gracias a un proyecto cultural que desarrollaba en la Fundación Zorroaga, me encontré casualmente en la calle Luis Mariano de Irún, lugar donde Menchu pasaba los veranos. Tras conversar con dos vecinas, llegué a su puerta y fui recibido con la misma amabilidad y cercanía que había recordado. Su casa, llena de luz y con espacios diáfanos, reflejaba su elegancia natural y su pasión por la pintura.

Entre los cuadros que me mostró, me impactó especialmente un retrato del compositor vasco Padre Donostia, del que admiré su paleta de colores y composición. También me habló del retrato que hizo de su hermana en 1939 y del retrato de su madre que actualmente forma parte de la colección permanente del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Para mí, estos cuadros son un reflejo del talento y la libertad creativa de Menchu Gal, que pintó siempre como quiso, sin dejarse encasillar.

 

Fernando recuerda con cariño la naturalidad de Menchu, su honestidad y la química que surgió entre ellos. Incluso detectó la importancia de la amistad y comunidad en su entorno, percibiendo el afecto mutuo entre la artista y sus amigos de Irún, a quienes conoció en aquel encuentro. Menchu Gal falleció en 2008, dejando un legado que sigue inspirando a jóvenes y amantes del arte.

Para quienes deseen acercarse a la obra de esta extraordinaria pintora, Fernando recomienda visitar el Museo de Bellas Artes de Bilbao y explorar los retratos y pinturas que forman parte de su colección. La historia de Menchu Gal no solo habla de talento, sino también de valentía, pasión y dedicación al arte.

Fernando Botanz nos recuerda que acercarse a la pintura es acercarse a la vida de quienes la hicieron posible. Un consejo para jóvenes interesados en la cultura: descubrid la obra de Menchu Gal y dejad que su legado os inspire a explorar y valorar la riqueza artística de nuestra tierra.

 


 

 


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