Explorando el Monte Oiz: Un Viaje a la Atalaya de Bizkaia
El Monte Oiz, ubicado en la zona oriental de Bizkaia, se alza como una atalaya natural que nos ofrece vistas inolvidables de la región. No solo es un punto culminante en el paisaje vasco, sino que también es uno de los cinco montes bocineros de Bizkaia, un título que resuena con la historia y la cultura local.
En una nota más sombría relacionada con el Monte Oiz, en el año 1985, un trágico accidente aéreo sacudió la zona. Un vuelo proveniente de Madrid con 141 pasajeros y 7 tripulantes a bordo, con destino al aeropuerto de Bilbao golpeó con su ala izquierda contra una antena de EITB (Radio Televisión Vasca) en el Monte Oiz. Tras el impacto, la aeronave se estrelló contra el terreno y se deslizó por la ladera del monte. No hubo supervivientes en este trágico accidente.
Nuestra aventura comenzó en el pintoresco barrio de Zengotita (Mallabia). Este punto de partida facilita el estacionamiento de nuestros vehículos.
Desde un rústico lavadero emprendimos nuestro ascenso siguiendo la indicación hacia el Monte Oiz y nos adentramos en un camino que serpentea entre altos pinos. La ascensión no es excesivamente empinada, pero la constante subida nos permitió ganar altura gradualmente. Hay que estar atentos a los montoncitos de piedras hechos por los senderistas que muestran el camino a seguir cuando este se bifurca, ya que no hay señalización.
Después, pasamos junto a una cabaña de piedra, un rincón que nos transportó a tiempos pasados. Poco después, llegamos al codiciado cordal donde se ubica el parque eólico del Monte Oiz. La transición del bosque a un área abierta llena de aerogeneradores fue un contraste espectacular. Se puede seguir la pista o tomar un atajo a través de un hayedo. Optamos por cruzar el hayedo, al final del cual ya se ven los molinos a la derecha. Nos dirigimos hacia ellos y vamos a dar a la pista de nuevo. Y de nuevo se da la disyuntiva de seguir por ella o ascender de frente por el monte hasta el molino. Cualquier opción es válida, no hay pérdida.
Durante nuestra caminata, nos enfrentamos a un viento considerable, que agregó un elemento adicional de emoción a la aventura.
La promesa de vistas impresionantes se cumplió con creces. Hicimos una pausa para disfrutar de un merecido bocadillo y absorber la belleza del paisaje que se extendía ante nosotros.
La ruta, en general, es sencilla y accesible para la mayoría de los senderistas. La primera subida desde Zengotita hasta los aerogeneradores podría parecer larga, pero en general, el camino no presenta dificultades. Una vez en el cordal de molinos, el paseo hasta la cima del Monte Oiz es una experiencia gratificante.
Esta excursión de 12 kilómetros (ida y vuelta) nos llevó alrededor de 4 horas y media y nos dejó recuerdos imborrables de las espectaculares vistas y la riqueza de la naturaleza vasca.
El Monte Oiz es un verdadero tesoro que nos recuerda la importancia de explorar y apreciar nuestra hermosa tierra. ¡No dudéis en emprender esta aventura y descubrir su esplendor por vosotros mismos!
Comentarios
Publicar un comentario