La Senda Verde de Delika

En el corazón del País Vasco, donde la naturaleza se entrelaza con la historia y la cultura, se encuentra el cautivador cañón de Delika. Esta maravilla geológica es esculpida por el imponente río Nervión, que serpentea a través de las tierras de Bizkaia, regalando un espectáculo sin igual a aquellos que se aventuran en su descubrimiento.

El cañón de Delika, moldeado por la majestuosidad de la roca caliza y alimentado por las filtraciones de agua subterránea, ofrece una experiencia única en cada estación del año. Durante los meses de invierno y las épocas de fuertes lluvias, el río Nervión desciende con una fuerza imponente, convirtiendo el camino en un desafío intrépido e inaccesible. Sin embargo, cuando la calidez del sol acaricia la tierra y el caudal del río se retira, se revela un paisaje sereno y accesible, invitando a los excursionistas a recorrer sus orillas y descubrir sus secretos escondidos.

Nuestra reciente excursión por la Senda Verde de Delika nos permitió sumergirnos en este entorno único, donde la naturaleza salvaje se fusiona con la historia y la tradición. Con el Salto del Nervión como telón de fondo, iniciamos nuestro viaje desde Delika, siguiendo el sendero que nos llevaría a través de este paisaje de ensueño.

Las paredes rocosas del cañón son hogar de una próspera colonia de aves rapaces, entre las que destacaba el majestuoso buitre leonado. Estas imponentes criaturas, junto con las huellas del pasado, como las antiguas loberas del Monte Santiago, nos recuerdan la rica historia y biodiversidad que habita en esta zona.

El trayecto, con un desnivel moderado y apto para toda la familia, nos ofreció la oportunidad de disfrutar del paisaje en su máximo esplendor. Al llegar al restaurante del Infierno, pudimos reponer fuerzas con delicias culinarias, saboreando los sabores auténticos de la región mientras admirábamos las vistas panorámicas que nos rodeaban.

Después de revitalizarnos, continuamos nuestra aventura hacia Orduña, una joya histórica enclavada entre las provincias de Burgos y Álava, aparte de ser la única ciudad de Bizkaia. Esta pintoresca ciudad, con su encantadora plaza donde se encuentran el ayuntamiento y la icónica Iglesia de la Sagrada Familia. Tampoco pudimos evitar notar las elegantes cigüeñas que sobrevolaban la ciudad, agregando un toque de gracia y encanto a nuestra experiencia.

 

Caminar por las calles empedradas de Orduña, rodeados por las majestuosas montañas de Sierra Salvada, fue como adentrarse en un cuento de hadas. El bullicio de la vida cotidiana se mezclaba con el susurro del viento entre los árboles, creando una atmósfera mágica que nos transportó a tiempos pasados. 

Nuestra excursión por la Senda Verde de Delika fue una experiencia inolvidable, donde la naturaleza y la historia se fusionan en perfecta armonía.